La Alopecia Androgénica (AGA) es el tipo de alopecia más frecuente. La sufren los hombres (AGA-M) y también la sufren las mujeres (AGA-F).

En el caso de los hombres es el tipo de alopecia que todos conocemos. Por regla general, la pérdida del cabello comienza en la zona de las entradas, luego continua por la coronilla, para posteriormente fusionarse las dos áreas por la zona central de la cabeza (área parietal).

En el caso de las mujeres, su forma de presentación es distinta. Comienza con un aclaramiento del cabello en la línea central del cuero cabelludo, y se va ampliando hacia el exterior. Por regla general el cabello no se pierde totalmente, aunque sí hay una perdida de densidad clara entre la zona afectada por la AGA-F y el resto del cuero cabelludo normal.

En ambos casos lo que ocurre es una miniaturización progresiva del folículo piloso que va transformando el cabello en un vello fino, cada vez menos perceptible, hasta que llega un momento en el que folículo piloso desaparece y por tanto se pierde ese cabello de forma irreversible. La miniaturización y posterior pérdida del folículo piloso está mediada por una hormona denominada Dihidrotestosterona (DHT). Esta hormona, presente en el folículo piloso se sintetiza gracias a una enzima (la 5-α-reductasa) que transforma la testosterona en DHT (y sí, las mujeres también tienen testosterona).

La buena noticia es que actualmente disponemos de tratamientos que ayudan a revertir este proceso. Por un lado los inhibidores de la 5-α-reductasa, y por otro lado los vasodilatadores y los tratamientos biorregenerantes del folículo piloso.

El tratamiento de la Alopecia Androgénica tanto de patrón masculino (AGA-M) como de patrón femenino (AGA-F) se debe basar en varios pilares:

• Tratamiento domiciliario con vasodilatadores capilares y/o inhibidores de la 5-α-reductasa.

• Tratamiento mesoterápico con tratamientos biorregenerantes con factores de crecimiento, inhibidores de la 5-α-reductasa y vasodilatadores capilares